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Un primer tren de mercancías cargado de maquinaria, combustibles minerales, productos farmacéuticos, aparatos ópticos, técnicos y médicos y productos químicos orgánicos de fabricación holandesa se ha fijado la salida en marzo de 2018para la anunciada "Nueva Ruta de la Seda" de China. Se espera que dentro de 18 días llegue a la ciudad de Yiwu, en el este de China.
La Nueva Ruta de la Seda es un proyecto de red comercial encabezado por el gobierno chino "One Belt, One Road", anunciada en 2013 para promover la cooperación económica entre China y Europa, Oriente Medio y Asia Central. El Gobierno chino, con un Fondo de la Ruta de la Seda de $40 mil millones, pretende invertir en una red de infraestructuras de enlaces ferroviarios, vías rápidas, rutas marítimas y también oleoductos y gasoductos a través del continente euroasiático.
El proyecto "Ruta de la Seda" ofrece el último medio para enviar su carga de Europa a China a través de Astana, la capital de Kazajistán. Astana es una de las capitales más aisladas del mundo, delimitada por kilómetros de praderas sin rellenar. Pero hay nuevas formas en las que está teniendo un impacto, una secuencia de trenes, que transportan respectivamente docenas de mercancías, rodando a través de esta ruta comercial. La mayoría se dirige de China a Europa.
La Ruta de la Seda tiene existieron durante siglosLa ruta de los barcos se inició durante la dinastía Han (207 a.C. - 220 d.C.). Las anteriores rutas terrestres fueron en su día los canales de varios intercambios comerciales entre China y Europa; perdieron importancia cuando los barcos europeos empezaron a circunnavegar el Cabo de Buena Esperanza. La primera Ruta de la Seda fue históricamente una ruta comercial vital que unía China y Roma, a lo largo de la cual se comerciaba con mercancías como el oro, la seda, las especias, el té y la lana durante más de 2 milenios. Marco Polo viajó a China por una ruta similar. El nuevo servicio forma parte del programa chino One Belt, One Road, que revive las antiguas rutas comerciales de la Ruta de la Seda entre China y Europa.
Desde el otoño de 2015, NUNNER opera trenes en bloque desde China hasta Moscú/Rusia y Duisburgo/DE. Ofrecemos servicios FCL y LCL con varias salidas semanales. Se trata de un servicio dedicado y rentable, que tarda la mitad de tiempo que el transporte marítimo y cuesta una sexta parte de lo que cuesta el transporte aéreo. El "NUNNER Silkroad" entrega la valiosa carga de China a Europa Occidental de forma económica y rápida.
El servicio ferroviario de carga directo de China a Europa forma parte de su impulso para avanzar en los lazos comerciales y de inversión con Europa. China Railway ya presta servicios entre China y otras ciudades europeas, como Madrid y Hamburgo. Aunque se tardan unas dos semanas en cubrir las 12.000 millas del trayecto, tiene la ventaja de ser más económico que el transporte aéreo y más rápido que el marítimo, como ya se ha mencionado. La creación de rutas que unan China y Ámsterdam forma parte de una estrategia destinada a impulsar los vínculos de infraestructura con China, Holanda y otros países implicados. El gobierno chino quiere potenciar su economía ante la reducción de las exportaciones y el crecimiento económico.
El uso de la "Ruta de la Seda", que gestiona este servicio con los ferrocarriles estatales chinos, conlleva enormes ventajas. Las ventajas de nuestro servicio de tren de China en pocas palabras:
Los establecimientos que comercian mucho con mercancías que pesan mucho en contraste con su volumen, es decir, donde el transporte aéreo resulta más caro, pueden ahorrar mucho más con esta iniciativa. Para las empresas de carga establecidas, el ferrocarril también ofrece posibilidades de crecimiento.
Además de lo anterior, la iniciativa "One Belt, One Road" tiene otros beneficios destacados para el panorama mundial
En función de la demanda del mercado, los proyectos de la "Ruta de la Seda" tratan de ofrecer la mejor relación calidad-precio, sobre todo cuando es necesario mover los productos más rápidamente hacia y desde los mercados europeos con mayor demanda. Esta decisión suele estar impulsada por la demanda de los clientes de determinados productos. El mapa anterior, que muestra la ruta del tren, demuestra cómo la demanda del mercado y las realidades de la globalización están haciendo realidad cada vez más el renacimiento de la antigua Ruta de la Seda.
Durante siglos, la famosa ruta comercial que partía de la antigua capital de Xian servía de enlace con los concurridos mercados de las ciudades europeas. En esta nueva era, China se ha convertido en el mayor exportador del mundo y la "Ruta de la Seda" pone a su disposición un enlace con estos mercados. Para China, ofrece medios alternativos para sostener su desarrollo económico. Y como segunda economía mundial en este momento, le ofrece una gran ruta para importar productos de alto valor de Europa.
Para algunas naciones, como Kazajstán, esto es tanto político como económico. También ofrece a China la oportunidad de proyectar un poder blando, además de representar su influencia para enhebrar diferentes naciones, desde Rusia hasta España. También existe un argumento comercial para que esta ruta comercial en evolución crezca. No menos importante para las empresas europeas que desean exportar a China. China es ya el segundo mercado de exportación de la Unión Europea.
En marzo de 2017, el ministro de Comercio de China, Zhong Shan, afirmó que el proyecto de la "Ruta de la Seda" aportaba 180.000 puestos de trabajo y casi $1,1 mil millones de ingresos fiscales a lo largo de la Franja y la Ruta. Un número cada vez mayor de ingenieros, operadores de grúas y fundidores de acero chinos se beneficiarán de la maduración de los proyectos. Del mismo modo, este proyecto creará puestos de trabajo en Europa, especialmente en la industria de gestión de trenes y logística.
Como logística consciente proveedor, siempre pensamos en formas de reducir las emisiones. Otro de los legados a desafiar es el problema de la contaminación en China. Aunque el transporte ferroviario no es tan ecológico como el marítimo, libera una cantidad menor de dióxido de carbono (CO2) que el aire. El transporte aéreo representa alrededor de 7% del total de emisiones de gases de efecto invernadero, pero resulta difícil equiparar las emisiones de los distintos modos de transporte, ya que la eficiencia energética, el factor de carga y las fuentes de energía suponen una variación y pueden ser difíciles de establecer.
Como la mayoría de las cosas en los negocios, este inicio tiene su parte justa de desafíos y problemas. Los pocos que debemos tener en cuenta:
El proyecto de la "Ruta de la Seda", que engloba a más de sesenta Estados y a bastantes organismos internacionales, no hace más que apuntar a perspectivas y retos sin parangón. Los países de fuera de la UE tienen sus propias normas, reglamentos y aranceles de cumplimiento comercial.
Como todo socio de la Franja y la Ruta, quiere que sus propias industrias tengan éxito, lo que podría ser un reto para China y su socio. El escepticismo y la desconfianza han persistido durante el impulso de la nueva "Ruta de la Seda" de Pekín. Por ejemplo, Australia rechazó la invitación de China para conectarse con la estrategia de globalización durante la visita del primer ministro Li Keqiang.
Hay muchos riesgo de la cadena de suministro que debemos tener en cuenta a la hora de hacer negocios. El gobierno chino es consciente de este problema. Zhu Feng, decano del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad de Nanjing, afirma que "la seguridad es el reto más importante al que se enfrenta la Franja y la Ruta".
En este sentido, la seguridad no debe entenderse como el riesgo de robo o daño, ya que este tipo de seguridad no está en juego. Se trata más bien de que cada nación a lo largo de la "Ruta de la Seda" se enfrenta a una combinación exclusiva de retos y riesgos. Muchos se enfrentan a retos macroeconómicos, debido a la imprevisibilidad de los tipos de cambio, a la gran carga de la deuda y a conjuntos económicos no diversificados e imposibles de mantener. Además, están las complejas y diversas leyes, reglamentos y normas que influyen en el entorno empresarial de cada nación. Ciertamente, es casi imposible que las empresas chinas y europeas comprendan completamente cada asunto antes de entrar en él. Los retos pueden ser polifacéticos, pero el plan para superarlos es modesto si todas las partes caminan juntas.
China, como principal organizador de la iniciativa "One Belt, One Road", debe tomar medidas para que todos los comercios actúen y participen de forma fiable. Los gobiernos de todas las naciones anfitrionas tendrán que controlar y organizar las gestiones subnacionales de manera eficiente, mientras trabajan para que la competencia sea imparcial y productiva. Realizar la iniciativa de la "Ruta de la Seda" no será sencillo. Pero China tiene todo lo necesario para triunfar. A condición de que los utilice en un sistema limpio, verde y claro como el cristal, China y otras naciones participantes obtendrán enormes recompensas.
Erwin Cootjans
